La Lecto-Escritura es un proceso apasionante que determina varias habilidades y talentos, tal es el caso del gusto por la lectura, la comprensión lectora y varios otros procesos de abstracción. Compartir este proceso con los hijos es una experiencia maravillosa. Este aprendizaje se puede convertir en un lugar de encuentro entre padres e hijos, donde podemos compartir vivencias y estimular la fantasía.
Generalmente los expertos señalan dos tipos de métodos que son los más comúnmente utilizados, el método analítico y el método global.
El método analítico se basa en la abstracción que la lectura supone y comienza con el aprendizaje de las letras, más adelante con la composición de las sílabas para después crear palabras y frases. Exige por parte del niño una abstracción para relacionar símbolos, sonidos y conceptos.
El método global trata de asociar significados a las palabras completas a través de imágenes o conceptos.
Ambos métodos pueden ser utilizados en paralelo por los educadores y los padres para desarrollar el proceso de lacto-escritura.
En la etapa de educación infantil se empieza con el método global por el cual se relacionan imágenes y significados a palabras escritas que se van relacionando entre sí según empiecen por una u otra letra. Este método se inicia generalmente en el jardín de infantes.
En la educación primaria, se pasa a un método analítico en el que las palabras se descomponen en letras o sílabas, poniendo el foco en los sonidos y significados que las letras construyen.
La edad de los niños que inician el proceso de Lacto-escritura varía según el desarrollo de cada niño y el entorno en el que crece, pero generalmente se considera que la edad adecuada para el aprendizaje de la lectoescritura son los seis años. Antes el niño debe haber desarrollado un buen nivel de expresión oral, motricidad y autonomía.
La lectoescritura, como todo proceso se produce de forma gradual. Comienza por una fase en la que el niño copia las letras, generalmente de su nombre. Aproximadamente a los seis años, aprende a con el método analítico a leer sílabas, palabras y más tarde oraciones y través del dictado a escribir letras, sílabas y frases sencillas. La escritura es un estimulador de la imaginación, además ordena el pensamiento y desarrolla la habilidad analítica y a desarrollar su capacidad de observación.
Los padres podemos contribuir al éxito de este proceso, para ello es importante crear una rutina. En la tarde después del colegio o después de hacer algún juego podemos hacer la secuencia de este en la cabeza y después escribirlo. O antes de ir a la cama cada día podemos leer un rato con nuestro hijo y convertir ese momento en algo lúdico y especial en el que además de aprender a leer se estrecha el vínculo afectivo, se refuerza su memoria y la seguridad en sí mismo. Hoy en día existe una amplia oferta de libros impresos o en modalidad virtual para cualquier edad y sobre cualquier tema, a una temprana edad se recomienda que sea material impreso.
La lectura debe ser un hábito que se conserve durante todo el crecimiento de los niños y la edad adulta. Está comprobado que los niños que son lectores tienen mayores éxitos escolares y son además capaces de emprender más disciplinas profesionales.
Para la fase analítica te dejo una ficha en la cual puedes ver cuál es el orden para repasar las letras. Estaré desarrollando el material para impresión de cada una de las letras. Este proceso debe ser una fase divertida porque hasta cierto punto definirá el gusto por la lectura de tu pequeño.