Cómo motivé a mi hijita para el aprendizaje inicial de las matemáticas

Un post de J.L.C. Fernandez

Espero les sirva mi siguiente experiencia para interesar y motivar a sus niños en el aprendizaje inicial de las matemáticas.

Esto me pasó hace muucho tiempo. Luego que la profesora de curso nos llamó a los papás para conversar sobre lo que ya en casa sabíamos sobre el rendimiento escolar de mi hijita en matemáticas, me puse a pensar lo que debíamos hacer para despertar el interés de mi niña por el mundo de los números.

Finalmente, se me ocurrió algo, y un día que estábamos los dos:

⁃ Dime, hijita, sabes cuánto es dos más dos?

⁃ No sé, papi.

⁃ Mira, nos ayudaremos con tus muñecas. Solo tienes que contar así: Aquí tienes una muñeca y aquí, otra, juntas hacen dos, verdad?

⁃ No se, papi -me dijo mi niña sin prestar atención, atendiendo a su juego.

⁃ Pero, hijita, mira: esas dos muñecas más estas otras dos, cuántas hacen? Es fácil. Si me dices lo correcto te daré un premio.

⁃ No quiero nada, papi-me contestó sin levantar la cabeza y distraída en su juego.

⁃ Dime, ya, cuántas muñecas son dos más dos? O no sabes? Si aciertas, además del premio, te llevaré al cine.

⁃ No sé, papá. No me gusta sumar ni las muñecas, ni los premios ni el cine…

⁃ Ah, entonces, yo sé más, mucho más que tú, y eso que yo no voy a clases, pero creo que soy más listo que algunos y tú no sabes nada.

⁃ No me importa, papaá. Ya te he dicho, no me gusta nada de lo que dices.

⁃ Bien, entonces para que aprendas te diré cómo es de fácil: dos muñecas más dos muñecas hacen… no sé. Ah, qué fácil había sido sumar. Sí, dos más dos son CINCO. Soy muy listo, sé más que tú y más que nadie. Sorprendida, mi pequeña hijita, al fin levantó la cabeza y viendo de reojo las muñecas, dijo:

⁃ Tonto, dos más dos no son cinco.

⁃ Entonces, cuánto es. Hum, ah, tienes razón, hijita, creo que son tres… Está bien o me equivoco?

⁃ Eres un tonto. No sabes nada. Dos más dos son cuatro.

⁃ No sé…, no estoy seguro. A ver si alguien nos saca de la duda.

⁃ Mami, te llama mi papá. Y mi esposa, cómplice, fingiendo no haber visto ni oído nada, dijo:

⁃ Para que me llaman?

⁃ Mami, mi papá dice que dos más dos son cinco y luego tres. Cuál es lo correcto?

⁃ Pues, fácil, dos más dos son cuatro. Eso solo saben las personas inteligentes.

⁃ Ves, papi. Yo tenía razón.

⁃ Entonces, si eres tan lista como acabo de ver y dice tu mami, dime cuánto es cinco más cinco?

⁃ A ver… diez

⁃ Correcto. Hijita, no sabía que eras tan buena para el cálculo mental.

⁃ Y siete más ocho?

⁃ Quince, papi. Si quieres dime otras sumas más difíciles, y luego multiplicaciones y divisiones.

⁃ Me puedes ayudar en otros cálculos que debo hacer?

⁃ Claro. Te voy a ayudar en todos los cálculos que quieras. ———

A partir de esa experiencia, mi niña siempre se distinguió en matemáticas y aplicó útilmente en su vida.