Ser abuelos, el postre de la vida

Un post de Inés Alurralde

“Abuelita te voy a contar”

Ser abuelita hoy, es un privilegio único y en mi caso, mis nietos han iluminado mi vida.

Ellos me dicen Naná y yo sé que suena musical y con un toque de complicidad.

El “pinero” como se denomina para explicar que es el primero y claramente, el primero en mi corazón, sueña y ama a todos los dinosaurios 🦕 sabe toda la clasificación, características …en fin sabe de ellos como un gran experto. Un día que me contaba sobre ellos, se detuvo para observarme y tuve el mejor halago que pude tener hasta el día de hoy, me mira y se aproxima a mis ojos y me dice:

⁃ “Nanita que bella que eres.”

⁃ “Mil gracias,”respondo entre emocionada y vanidosa.

⁃ “Eres igualita al dinosaurio 🦕 Rex.”

⁃ Estoy segura que fue un gran comparación.

⁃ El segundo es un hombrecito cuadrado y delicioso, un verdadero sibarita. Este nieto segundo en mi corazón y grabado como el primero con sus escasos dos años, me dice:

⁃ Nanita “ tiene miedo a la ocuridad”?

⁃ Yo como para no infundirle miedo, respondo “ no, claro que no” y en ese instante, siento una gran inseguridad… él percibe y añade “Nanita, los pantasmas son chistosos…

⁃ La tercera, es una muñequita que canta a media lengua en español y media lengua en inglés. No le gusta abrigarse, en momentos en los que el frío hace temblar y me grita Naná “open” “Vamo” me dice… me enseña a contar, ella cuenta números pares y yo impares, es mi profe.

⁃ Mi cuarto nieto es un bebito, se dormía cuando nació y no tenía ganas de mamar, entonces, su mamita y su Nanita, le tocaban los piecitos, como a una masita, para despertarlo, hoy es un bebé grande y fuerte, estoy esperando que ya pueda contarme… pronto lo hará…

Cómo motivé a mi hijita para el aprendizaje inicial de las matemáticas

Un post de J.L.C. Fernandez

Espero les sirva mi siguiente experiencia para interesar y motivar a sus niños en el aprendizaje inicial de las matemáticas.

Esto me pasó hace muucho tiempo. Luego que la profesora de curso nos llamó a los papás para conversar sobre lo que ya en casa sabíamos sobre el rendimiento escolar de mi hijita en matemáticas, me puse a pensar lo que debíamos hacer para despertar el interés de mi niña por el mundo de los números.

Finalmente, se me ocurrió algo, y un día que estábamos los dos:

⁃ Dime, hijita, sabes cuánto es dos más dos?

⁃ No sé, papi.

⁃ Mira, nos ayudaremos con tus muñecas. Solo tienes que contar así: Aquí tienes una muñeca y aquí, otra, juntas hacen dos, verdad?

⁃ No se, papi -me dijo mi niña sin prestar atención, atendiendo a su juego.

⁃ Pero, hijita, mira: esas dos muñecas más estas otras dos, cuántas hacen? Es fácil. Si me dices lo correcto te daré un premio.

⁃ No quiero nada, papi-me contestó sin levantar la cabeza y distraída en su juego.

⁃ Dime, ya, cuántas muñecas son dos más dos? O no sabes? Si aciertas, además del premio, te llevaré al cine.

⁃ No sé, papá. No me gusta sumar ni las muñecas, ni los premios ni el cine…

⁃ Ah, entonces, yo sé más, mucho más que tú, y eso que yo no voy a clases, pero creo que soy más listo que algunos y tú no sabes nada.

⁃ No me importa, papaá. Ya te he dicho, no me gusta nada de lo que dices.

⁃ Bien, entonces para que aprendas te diré cómo es de fácil: dos muñecas más dos muñecas hacen… no sé. Ah, qué fácil había sido sumar. Sí, dos más dos son CINCO. Soy muy listo, sé más que tú y más que nadie. Sorprendida, mi pequeña hijita, al fin levantó la cabeza y viendo de reojo las muñecas, dijo:

⁃ Tonto, dos más dos no son cinco.

⁃ Entonces, cuánto es. Hum, ah, tienes razón, hijita, creo que son tres… Está bien o me equivoco?

⁃ Eres un tonto. No sabes nada. Dos más dos son cuatro.

⁃ No sé…, no estoy seguro. A ver si alguien nos saca de la duda.

⁃ Mami, te llama mi papá. Y mi esposa, cómplice, fingiendo no haber visto ni oído nada, dijo:

⁃ Para que me llaman?

⁃ Mami, mi papá dice que dos más dos son cinco y luego tres. Cuál es lo correcto?

⁃ Pues, fácil, dos más dos son cuatro. Eso solo saben las personas inteligentes.

⁃ Ves, papi. Yo tenía razón.

⁃ Entonces, si eres tan lista como acabo de ver y dice tu mami, dime cuánto es cinco más cinco?

⁃ A ver… diez

⁃ Correcto. Hijita, no sabía que eras tan buena para el cálculo mental.

⁃ Y siete más ocho?

⁃ Quince, papi. Si quieres dime otras sumas más difíciles, y luego multiplicaciones y divisiones.

⁃ Me puedes ayudar en otros cálculos que debo hacer?

⁃ Claro. Te voy a ayudar en todos los cálculos que quieras. ———

A partir de esa experiencia, mi niña siempre se distinguió en matemáticas y aplicó útilmente en su vida.

Mi hijo mordió a otro niño. Help!

Por Paola Carrasco

Durante mi época escolar hacía y recibía ataques de bullying, para mis amigos y para mí era perfectamente natural reír unos de otros sin ofendernos, o al menos parecer ”cool” y reirnos de nosotros mismos. Eso nos hizo personas fuertes y buenhumoradas, supongo también que eran otros tiempos, que las bromas no eran tan crueles y sobre todo que no existía tantos medios para poder acosar a una persona.

Posteriormente, y con el desarrollo de las nuevas tecnologías de información el bullying tuvo desde definiciones académicas, causas, efectos, análisis familiares y árboles genialógicos, lectura de cartas astrales, padres con sentimiento de culpa y toda una industria que se ocupa de ello.

Si bien hay información abundante del tema, el bullying era para mí sólo teoría casi amarillista, hasta hace unas semanas atrás que al recoger a mi hijo del jardín de infantes, la profesora me llamó en privado y con tono entre confidencial, terrorífico y lastimero me comentó que mi hijo de dos años mordió en dos ocasiones a un compañerito. No considero que esto pueda llamarse bullying, pero la exageración y el drama es uno de los pocos lujos que puede darse sólo una mamá.

Como buena discípula del conocimiento ciéntifico leí mucho y nada de lo teóricamente expuesto, principalmente de las citadas causas del acoso escolar como; situaciones de violencia familiar, mal ejemplo, falta de límites, exposición a contenido violento, malas amistades, falta de habilidades sociales coincidía. La única posibilidad eran las celos que estaba sintiendo con su hermanito acabado de nacer, nunca mostró ningún tipo de celos antes el pequeñito.

Reconocer las causas era sólo el primer paso de lo más importante a seguir, que es la acción que se debe tomar para corregir a la brevedad la situación. En el jardín tiene como política no dar nombres, para que los niños solucione dentro de la escuela. Mi hijo ya habla bastante bien y le pregunté a quién y porqué molestaba en el cole. Me confesó que era Melvin el niño con el que siempre peleaba por las mismas cosas, Melvin era más pequeño que él y nuestro vecino, probablemente lo relacionó con su hermano bebé, era más pequeño y había cierta familiaridad con él.

Tuve que empezar a desarrollar una estrategia para que mi pequeño pueda superar la agresividad. Hablarle bien de Melvin sólo empeoraba las cosas, yo decía: ”Melvin es muy lindo y bueno” a lo que él respondía: ”es muy feo y malísimo”. Es así que es estrategia de reforzamiento positivo sólo me sirvió como ejercicio de antónimos.

El otro día ordenando juguetes, encontré un muñeco, un bebé con trajecito amarillo muy lindo, y yo sin dar juicio de valor le dije: ”mira se parece a Melvin! Qué te parece si jugamos que es Melvin, puede ser tu hijo”. Yo vi que los ojitos se le abrieron más y me dijo: ”tú tienes tu bebé y yo el mío”, hicimos rondas, cambiamos pañal, le dimos de comer, dormimos con él y fue durante días su juguete favorito. Yo lo tomaba en cuenta cuando estabamos sentados a la mesa, para salir y llevarlo, al ir a dormir, sólo dejarlo cuando ibamos al jardín de niños.

Hace tres días llegué al jardín y mi hijo estaba abrazando a Melvin, -sí, al real, no al muñeco- me quedé un rato mirando si sólo era para quedar bien conmigo -las madres no podemos evitar siempre si no mal pensar, al menos sospechar- pero ni siquiera me había visto, estaban encantados riendo y jugando con un caracol de madera.



Cómo hacer que mi hijo se vista sin llorar

Un post de Paola Carrasco

Vestir y desvestir a los niños es siempre un tema!! Cómo Vestir y desvestir niños sin berrinche, llanto y gritos? es la pregunta que nos hacemos muchas.

Mi hijo mayor -ahora de 5 años, NUNCA quería que lo vista ni para salir, para dormir, entrar y salir de la piscina, etc. Odiaba cambiarse y eso que vivíamos en un lugar que era muy caliente entonces no necesitaba de tanto abrigo ahora vivimos en Suecia que es un país muy, muy frío entonces necesitamos no solamente varias capas de abrigo interno si no también necesitamos todo lo externo, la chamarra y el pantalón impermeable, las botas, los guantes, gorro y entonces es un berrinche absoluto, especialmente con el de dos años quien llora antes, durante y después de vestir y desvestir.

Aparentemente para ellos significa varias cosas el alistarse o vestirse/desvestirse:

  • dejar de hacer lo que están haciendo, es decir interrumpir su actividad
  • muchas veces jalones y situaciones incómodas, la ropa está fría, a veces es incómoda, por ejemplo meter la cabeza en ropa con cuello estrecho, es como verlo nacer otra vez, con una dilatación menor a 10 cm del cuello de la prenda de vestir.
  • cambiar de clima, en países donde se necesita calefacción o aire acondicionado, se siente el cambio de clima y eso les causa cierto stress.

Siendo empáticos y poniéndonos en su situación, habiendo hablado con varias mamás que también sufren de la misma lucha día a día, podemos concluir en los siguientes puntos

Número 1: has las cosas con la debida anticipación – dentro de tus posibilidades

Contarles con qué anticipación vamos a salir es bastante útil, siempre que se pueda por supuesto, por ejemplo una media hora antes de ponerte en camino, decirles: «en un momento más vamos a salir» cosa que ellos ya se «estén adoctrinado» por decirlo así, hay muchos niños que se quiebran con el factor sorpresa – incluida yo. También les enseña a ser más planificados y organizados. Si fuese posible decirlo hasta con un día de anticipación es lo ideal, por ejemplo antes de dormir hacer un planificación para el día siguiente, así también son adultos que van a aprender a planificar, a saber que tienen que cumplir una meta aunque sea pequeñita. Mucho ojo que cada niño es diferente y alguno le puede quitar el sueño decirle, mañana temprano vamos al médico, así que ojo con la situación que describimos antes de dormir.

Número 2: visualizar su ropa

Además de la anticipación, considero importante que ellos digan qué cosas se van a poner. Por supuesto depende de la situación, de la edad y del niño, cuando son muy pequeños y estás apurada es mejor que no tomen decisiones al elegir su ropa, no sólo por el factor tiempo, pero además porque muchas veces les gusta ponerse una media de un color, la otra de otro, etc. Además desordenan mucho. Si tenemos tiempo y un evento diario, como quedarse en casa, pueden escoger ellos. Con mi hijo de cinco años es muy diferente, a él le encanta visualizar qué se pondrá al día siguiente, la camiseta de deportes que más le gusta o su color favorito que es el azul. por supuesto en esta edad también depende de la situación y del niño. Para un bautizo sería una mala idea dejarles elegir.

Número 3: aprendemos los colores

Es un excelente momento para enseñarle los colores: «te vas a poner esta camiseta roja y te vas a poner este pantalón azul, los zapatos son cafés…» y entonces empezarán a distraerse aprendiendo. Les encanta que mamá les hable, los tome en cuenta y les hable como adultos, de algo «serio». Describe mientras realizas la actividad: te pongo el pantalón rojo, ese que te regaló la abuela, en tu cumpleaños, etc

Número 4: competencia y autonomía

A mi hijo de cinco años ya le gusta sentirse completamente autónomo entonces yo aprovecho, para que él pueda vestirse solo, le entrego sus cosas con anticipación, lo hacemos un día antes para se levante e inmediatamente lo haga. Le encanta competir con su hermano – a quien yo todavía visto, a mí no me parece tan buena idea porque muchas veces es motivo de pelea de quién ganó, pero de vez en cuando es una estrategia que sirve. A mí me gusta más cuando compite contra él mismo, le pongo una canción y él sabe que tiene que terminar dentro de ese tiempo, se alegra mucho cuando lo hace en menos tiempo que el día anterior. También es un excelente momento para empezar a enseñarles el valor del tiempo, la hora, los número. Empezamos a las 7:00 terminamos a las 7:03, entonces repetimos y vocalizamos los números y sus formas, el cero es el gordito, el tres tiene barriguitas etc.

Numéro 5: cantamos

Con mi hijo de dos años jugamos cantamos mientras lo visto, por ejemplo le encanta la canción del lobo: «juguemos en el bosque mientras el lobo no está, lobo lobito qué estas haciendo? me estoy poniendo el pantalón…» y mientras lo visto voy poniendo la prenda que cantamos. Cuando terminamos de cantar nos hemos terminado de vestir y yo corro para que el lobo pueda atraparme.

Número 6: contamos un cuento

Es importante alternar a veces, cantar, contar un cuento para no aburrirlos. Los cuentos personalizados nunca vienen mal, por ejemplo el osito pequeño Pepe se pone hoy día una camiseta porque está haciendo calor entonces no necesita abrigarse tanto, el osito Pepe hoy día se va a poner un pantalón corto color es azul con un rayitas rojas y son los colores favoritos. La idea es hacerles un cuentito bastante improvisado, pero a ellos les gusta porque saben en realidad que no se trata del osito si no de ellos mismos.

Importante al vestir y desvestir

No necesitamos que vestir y desvestir sea una pelea diaria. Es importante hacerlo rápido, tener una estrategia de cantar, contar cuento, etc pero lo más importante es disfrutarnos lo más posible. Es importante analizar el triángulo niño, situación y tiempo/evento, no cada día es igual. Es una etapa tan corta y tan bonita dura tan poco! Creo que es bueno hacerlo cada día con más paciencia y amor. Es un excelente momento para disfrutarlos más de cerca, abrazarlos y besarlos. La palabra arropar viene justamente de «ropa», vestir y desvestir niños es parte del día a día de sólo una mamá.

Si tienes más ideas/estrategias por favor compártelas! así ayudamos a más mamás a no enloquecer mientras visten y desvisten niños.