Tu nene inevitablemente se enfermará de gripa durante el invierno. Las infecciones virales de las vías respiratorias altas, llamadas gripas, gripes, resfríos, resfriados, etc son muy frecuentes en los niños menores de cinco años. Tan frecuentes como siete por año en promedio, y hasta 12 veces si tu querubín va a guardería.
Si pretendes que tu niño no se enferme nunca, lo único que puedes hacer es llevártelo a otro planeta. No, no hay un “plan B”. Mientras vivamos en este mundo, tendremos que compartirlo con los virus y con las bacterias, y más nos vale aprender a lidiar con ellos.
La mayoría de esas gripas llegaran en la temporada invernal, así que podemos esperar mocos y toses hasta abril. Pero hoy quiero centrar mi nota en la frase inicial: “de los mocos sigue la tos”.
“¿Qué es lo que me espera?”, te preguntarás…
Veamos:
El virus de la gripa más común, se llama rinovirus. Ese canijo solito tiene más de 100 tipos diferentes y cada uno es capaz de provocarle gripa a tu angelito. Pero el rinovirus no es el único, están los de influenza, por ejemplo, que son varios. Entenderás que es virtualmente imposible que tu pequeño pase el invierno sin gripas.
OK, me dirás, ya ni modo con las gripas, pero… ¿Por qué no para de toser?
Veamos:
De los mocos sigue la tos. Cada gripa deja como “secuela” flemas en los bronquios. Para mover esas flemas, se necesita la tos. Así, que aunque tu niño ya no tenga gripa, seguirá tosiendo por dos o tres semanas. Necesita esa tos para mover sus flemas.
Cuando al fin, el mocosillo haya acabado de mover las flemas y empiezas a celebrar que casi ya no tiene tos, ¿Qué crees?
Pues probablemente lo atrapará otro virus. El segundo de la estación. Ahí la llevas, te faltan otros cinco, más o menos.
Enfrentarás otra gripa y otras dos o tres semanas de tos. Así crecen.
Entenderás que tu nene se la pasará tosiendo y con mocos toda la temporada. Eso es normal. Es una realidad estadística en niños sanos e inmuno-competentes. Es decir, en niños cuyas “defensas” están bien.
- No auto-mediques y menos antibióticos, pues no sirven para las gripas y dañan la microbiota (microbios buenos).
- Mantenlo bien alimentado con abundantes frutas y verduras y bien hidratado siempre. Si está bien hidratado, sus flemas y sus mocos son más manejables.
- Lávale o enséñale a lavarse las manos con frecuencia. Las gripas entran por llevarse las manos a la boca y a la nariz.
- Evita aglomeraciones en lugares cerrados.
Las vitaminas y productos que ofrecen “subir las defensas” no sirven para nada. No tires tu dinero.
Calma, no es para siempre. Cada año tu bebé irá fortaleciendo su sistema inmunológico, fabricando anticuerpos capaces de repeler las infecciones conforme vaya creciendo.
Dr. Alberto Estrada Retes.